El desconfinamiento de los niños
¿Cómo preparamos a los niños para salir de casa?
La salida de los niños de sus casas, ha sido algo deseado y necesario para su salud, estas últimas semanas y por fin, a partir del próximo 26 de abril, los niñ@s de hasta 14 años, podrán hacerlo.
El mundo que se van a encontrar al volver a la calle, va a ser muy diferente al que dejaron hace unas semanas. Los más mayores lo sospechan, porque lo ven en la tele o escuchan comentarlo a sus padres, pero los más pequeños no serán tan conscientes, hasta que sus padres les vayan guiando en la nueva forma de estar fuera de casa. Por ahora, sólo podrán salir, durante un periodo corto de tiempo, acompañados de uno de sus progenitores o un cuidador. Esto será difícil de entender para ellos, porque están deseando ir al parque, quedar con sus amigos, ir al monte o a la playa, tener libertad para jugar, explorar… Por lo que los padres, tienen que estar preparados para dialogar con ellos pacientemente y, explicarles todas las nuevas limitaciones. Será normal que algunos niños se frustren ante estas indicaciones, y los padres tendrán que ser empáticos y permitirles que expresen su frustración.
No todos los niños reaccionarán igual ante esta noticia, habrá niños que estén deseando salir y muestren alegría y ganas, pero habrá otros niños, que percibirán la salida como una amenaza y sentirán miedo e inseguridad por lo que, preferirán quedarse en sus casas. La actuación de los padres con cada niño tiene que adaptarse a su personalidad. Todos los niños deben ser conscientes de cómo será ese momento, pero habrá niños, que por su forma de ser, deberán recibir por parte de sus padres más medidas de contención y, otros, que necesitarán recibir mayor seguridad y no alarmarles más.
A todos los niños, hay que explicarles que la amenaza del virus sigue existiendo y que, hay que cumplir una serie de medidas de protección para no contagiarnos. Debemos decirles que, es necesario una medida de distanciamiento con la gente con la que nos encontremos en la calle, bien sea familia o amigos, de un metro y medio o dos de distancia. Para ello, debemos enseñarles cuánto es exactamente esa distancia. Esto, lo podemos hacer de forma divertida en nuestras casas, antes de dar el paso de salir a la calle. Por ejemplo, podemos jugar a ponernos a esa distancia entre nosotros y que alguien nos la mida, para descubrir si lo hemos calculado bien o no. Otra idea, es que puedan poner algunos de sus juguetes separados por esa distancia y comprobarlo después, con un medidor. Es una forma de entretenerse y a su vez, aprender lo que es un metro y medio o dos metros.
También debemos explicarles que no deben tocar nada desde que salen de casa. Tienen que entender que no todo lo que está en la calle está infectado, pero que por prudencia, tienen que evitar tocar las cosas (manilla de puerta, paredes, papeleras, suelo…). Tenemos que explicarles que si tocan algo que está infectado y después, se llevan la mano a la cara, tendrán más posibilidades de contagiarse. Cómo hemos mencionado anteriormente, es importante exlicarles esto con calma, sin alarmarles y que no perciban en nosotros miedo e inseguridad. Podemos tranquilizarles diciéndoles que van a la calle, que es un espacio abierto y hay menos posibilidades de contagio que en espacios cerrados, porque podemos mantener entre las personas una una medidad de distanciamiento mayor.
El uso de las mascarillas en los niños es recomendable, pero el éxito de su correcta utilización, dependerá de la edad. Un niño pequeño, de dos o tres años, es prácticamente imposible que pueda estar más de 5 minutos con una mascarilla cubriendo su boca, por lo que tenemos que ser flexibles en esto y no intentar controlar lo incontrolable. Esto no quiere decir que no lo intentemos (porque habrá niños que sí la mantengan), pero sin frustrarnos y frustrarles. Para que los niños entiendan para que sirve una mascarilla, podemos hacer un experimento con ellos. Podemos demostrarles, cómo una mascarilla evita que nuestros estornudos, tos o las gotitas de saliva, salgan disparadas hacia otra persona y podamos contagiar. Para ello, podemos utilizar una mascarilla, un papel de cocina y un desodorante de spray. Primero, les pediremos que echen el spray en el papel de cocina y ver qué es lo que ocurre (verán que traspasa al otro lado) y a continuación, les pediremos que echen el spray por dentro de la mascarilla para comprobar que hace de barrera. También podemos hacer una funda de mascarilla personalizada con ellos con la tela de alguna camiseta que se les haya quedado pequeña, de tal forma que, al ser algo que han elaborado ellos, les motive más llevarla. Y si quieren, también pueden hacer otras mascarillas a uno de sus muñecos preferidos, para ayudarles a normalizar su uso en esta “nueva normalidad”.
También es necesario que los niños cumplan, escrupulosamente, las medidas de higiene y los padres deben explicar a sus hijos que es obligatorio que se laven las manos adecuadamente durante un minuto, antes y después de salir de casa. Al igual que con el lavado de los dientes, podemos usar también un temporizador para el lavado de las manos (es recomendable estar durante un minuto). Y para que los niños interioricen un lavado de manos correcto, a la vez que se lavan, podemos pedirles que vayan verbalizando cada paso (mojar con agua, echar jabón, frotar las palmas de las manos, frotar dedos y pulgares, frotar uñas en las palmas de la mano, frotar parte posterior de cada mano, enjuagar con agua y secar con toalla o papel). Y para que entiendan bien la necesidad de un buen lavado de manos para evitar el contagio, podemos hacer uno de los experimentos que más se ha difundido por Internet desde el comienzo de la pandemia. Consiste en mostrar cómo se disuelve la suciedad cuando tienes jabón en un dedo.
Para que los niños no se hagan expectativas erróneas con respecto a sus salidas, sería aconsejable explicarles, antes de salir, lo que vamos a hacer en la calle cada día. Y, también es importante reforzarles su buen comportamiento al llegar a casa. Los niños, al ser reconocidos en sus esfuerzos y ser reforzados por sus padres, se sentirán bien y querrán repetir esa conducta.
En el caso de los niños que ven el exterior como amenazador, debemos ayudarles a manejar adecuadamente el miedo y que éste, no domine sus actos ni les limite o se convierta en fobia. Para ello, hay que hablar con ellos y transmitirles que les entendemos. Debemos tranquilizarles y explicarles que aunque el virus sigue presente, está mucho más controlado y que, cumpliendo las medidas de higiene y de seguridad, seguramente, no vayan a tener ningún problema. Que en la vida, hay muchas situaciones que no controlamos, como en este caso, y que aprendemos a vivir con ellas y que ésta, es una más. Tienen que entender que es necesario volver a salir a la calle para su bienestar físico y emocional. Sobretodo con estos niños, es necesario que los padres no transmitan inseguridad, repitiéndoles constantemente que tengan cuidado. En muchos casos, éstos niños perciben esa inseguridad en sus padres y sienten más miedo.
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