Ansiedad, tristeza, soledad. ¿Es normal sentirme ASÍ durante el confinamiento?
Ansiedad, tristeza, soledad… ¿Es normal sentirme así ante el COVID-19 ?
Si habéis realizado el ejercicio del diario emocional planteado en el artículo “Gestiona tus emociones durante el confinamiento” seguramente, habréis identificado emociones como: miedo, la tristeza, preocupación, incertidumbre, ansiedad, enfado, impotencia o impaciencia. A primera vista, son emociones que vemos como “negativas” y no queremos sentir; sin embargo, tenemos que ser conscientes de que, tal y como hemos explicado en artículos anteriores, todas las emociones son sanas y por eso, debemos permitirnos sentir. Sólo cuando la emoción sobrepasa unos niveles de intensidad, perdura demasiado en el tiempo o no responde a un motivo real y objetivo, se convierte en una emoción no adaptativa que nos bloquea en la acción y esto, significa que no estamos haciendo un buen manejo de ella, y plantearnos la posibilidad de iniciar una psicoterapia.
Estas son las emociones que podemos sentir en estos momentos:
- Motivación/ Satisfacción: son emociones que, posiblemente, algunas personas han sentido al inicio del confinamiento y puede, que algunos, la sigan sintiendo. Todos queremos ayudar a que esta pandemia acabe lo antes posible y poder cumplir con las medidas planteadas de no salir de casa para cuidar de la sociedad en general, puede generar motivación y satisfacción. Sin embargo, a medida que pasan las semanas, es normal que estas emociones vaya disminuyendo y dejen paso a otras emociones.
- Tristeza: Es una emoción normal ante la pérdida. En estos momentos, la mayoría de las personas sienten que han perdido su vida, ya que no pueden hacer lo que siempre han hecho, ni ver a los amigos, familia, ir a trabajar… En estos casos, es un sentimiento de pérdida temporal y aunque sea difícil de gestionar, dentro de poco, y aunque sea progresivamente, estas personas volverán a recuperar su vida. Sin embargo, hay personas que, debido al virus COVID-19, han perdido seres queridos. En estos casos, estas personas vivirán un proceso emocional mucho más largo, difícil en el que tendrán que elaborar un duelo. En estos casos, la tristeza nos informa de la pérdida, y tenemos que permitirnos sentirla por muy desagradable que sea, para poder avanzar adecuadamente en el duelo.
- Ansiedad: Es una emoción normal ante la anticipación de una amenaza o peligro, por eso, en estos momentos en los que sentimos que nos enfrentamos a algo desconocido, que no sabemos lo que nos va a suponer ni cuando va a terminar, sentir ansiedad, es normal. El exceso de información, la incertidumbre, la inseguridad, las medidas de confinamiento, acostumbrarse a unas nuevas rutinas, la convivencia, el miedo al contagio nuestro o de nuestros seres queridos… en estos momentos hay miles de pensamientos con los que conectamos y nos pueden generar ansiedad. Para que la ansiedad no nos domine y nos provoque un sufrimiento desproporcionado, debemos intentar no caer en los pensamientos catastrofistas (vernos en el peor escenario posible). Es necesario aprender a controlar nuestros pensamientos negativos y no permitir que se instalen en nuestro interior.
- Frustración: Es una emoción que sentimos cuando no podemos hacer u obtener lo que queremos. Es normal sentirnos frustrados, cuando conectamos con la sensación de pérdida de la libertad. No podemos hacer lo que queremos, ni estar con quien queremos, no podemos iniciar o seguir con proyectos que teníamos, se podemos irnos de vacaciones, no podemos salir a pasear a hacer deporte… y no poder hacer algo que queremos, nos genera frustración.
- Soledad: Es una emoción normal en estos momentos. Por un lado, aquellas personas que se contagian del coronavirus, tienen que aislarse durante semanas para evitar el contagio al resto. Este aislamiento, bien sea en el propio domicilio familiar o bien, en el hospital, es difícil y largo. Además, al estar enfermo, estas personas se sienten mucho más vulnerables y conectan mucho más, con el miedo y la incertidumbre. Por otro lado, las personas que viven solas también sienten la soledad de una forma mucho más intensa en estos momentos, sobretodo las personas mayores, que están escuchando continuamente que son población de riesgo ante el coronavirus y esto les hace sentirse mucho más frágiles.
- Ira: Es una emoción que nos informa de situaciones injustas, amenazantes y frustrantes. Es normal sentirnos enfadados, rabiosos… ante esta situación. Es posible que nos enfade algunas de las consecuencias que esta pandemia esta generando. Sin embargo, tenemos que ser capaces de identificar la ira, expresarla de una forma sana. Cuando la ira se manifiesta de manera descontrolada, nos aleja de nuestro objetivo y se convierte en destructiva.
- Ambivalencia: Es normal sentir emociones muy diferentes entre sí. Podemos sentir alivio al quedarnos en casa, porque de esta manera, nos estamos protegiendo al evitar el contagio; pero por otro lado, esa misma situación, nos puede generar, fastidio y frustración. Podemos sentir ilusión y motivación al podernos quedar con nuestros hijos en casa y poder dedicarles ese tiempo que nunca tenemos, pero a la vez, podemos sentirnos desbordados y cansados de estar con ellos. Todas estas emociones son normales y no las tenemos que juzgar.
- Desorganización: Es una emoción normal al perder la sensación de control. Nuestro orden, nuestra organización y nuestra rutina, ha desaparecido al tener que quedarnos en casa y es normal, que al principio, hasta que podamos crear una nueva organización adaptada a la nueva situación, tengamos esa sensación de caos.
- Aburrimiento: Es una sensación normal que vamos a tener estos días. Por muchas actividades que busquemos, no vamos a evitar sentir aburrimiento en algún momento y es normal. Tenemos que intentar que el aburrimiento no nos invada y para ello, tenemos que buscar nuevas actividades o tareas que nos entretengan.
- Culpa: Es posible que algunas personas se sientan culpables al contagiarse de coronavirus al creer que no han tomado las medidas necesarias para evitar el contagio. Se comenta tanto entre amigos, familiares, sobre las pautas o precauciones de salud que hay que seguir, que podemos sentir una presión social que nos afecte negativamente. Hay que tener en cuenta que todos somos vulnerables y que hay cosas que no se pueden controlar.
- Estado de alerta: Esta pandemia está generando un estado de alerta, de tensión, que es visible cuando estamos en la calle. Las personas salimos a la calle en tensión, una tensión que aumenta cuando nos cruzamos con alguien que pasa demasiado cerca nuestro. Es normal sentirnos así durante el tiempo que dure el confinamiento y algún tiempo después. Al de unos meses, sin embargo, se volverá progresivamente a la forma de relacionarnos de siempre.
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