Cómo enfrentarse a la adolescencia de los hijos
La adolescencia es una fase evolutiva que se da entre la infancia y la edad adulta. Durante este tiempo, la persona experimenta cambios de distinta índole (físicos, emocionales, sociales…)que tiene como consecución establecer su identidad adulta.
Todos esos cambios se manifiestan de una forma tan brusca y rápida que, muchas veces, la persona no es capaz de procesarlos, pudiendo generar periodos de gran inestabilidad emocional.
Algunos de los cambios que sufren los adolescentes son:
- Cambios físicos: transformaciones puberales (que causan extrañeza ante el propio cuerpo, angustia ante eyaculaciones, primeras reglas, etc.) y primeras manifestaciones de la sexualidad.
- Cambios emocionales: nuevas posibilidades intelectuales y afectivas, búsqueda y consolidación de la propia identidad, búsqueda de autonomía, necesidad de experimentar, desarrollo de las competencias referentes a la gestión emocional…
- Cambios en la relación con los padres: búsqueda de personas fuera de la familia (amigos), conflictos para encontrar una distancia adecuada de los padres, etc.
- Cambios referentes a factores sociales: alta necesidad de sentirse vinculado en un grupo de iguales (existe una indeterminación en cuanto a la duración de las relaciones, el rol que cumplir y el futuro), desarrollo de la competencia social, crecimiento y consolidación de la autoestima, inicio de las relaciones sexuales, búsqueda de figuras de referencia…
Teniendo esto en cuenta, en ocasiones, resulta complicado establecer la frontera que marca cuándo debemos preocuparnos por el comportamiento de un adolescente y cuándo es una manifestación representativa de la adolescencia. En el Centro de Psicología Neos, tratamos de dar apoyo a aquellas familias con hijos que se encuentran en esta etapa tan importante, ayudando a gestionar los conflictos propios de la adolescencia y a establecer esa frontera, aportando soluciones para que nuestro hijo se desarrolle positivamente y la relación con sus padres se vea fortalecida.
Estas son algunas de las pautas que los padres podemos hacer para ayudarles:
- Crear y un entorno familiar seguro donde puedan expresar lo que sienten sin sentirse juzgados y si, escuchados y comprendidos.
- Dar muestras de cariño explícitas a pesar de que los adolescentes, a menudo, se muestran ariscos.
- Dar ejemplo con el manejo de las emociones personales, siendo un referente para ellos.
- No minimizar o bromear con sus comportamientos o inseguridades de adolescentes.
- Fomentar su autoestima.
- Establecer normas claras y razonables evitando el autoritarismo.
- Evitar los tabús a la hora de hablar de temas delicados que les afectan: sexo, adicciones, violencia de género, identidad sexual… proporcionándoles la máxima información.
- Presentar, los dos progenitores, un frente común en el modelo de educación, sin discrepancias que puedan confundir al adolescente.
- Animarles, a que poco a poco, vayan siendo independientes y autónomos.
- Involucrarlos en los deberes de la vida familiar cotidiana para fomentar su responsabilidad
- Estar alertas a su gestión de todos los cambios que están viviendo: físicos, psicológicos y emocionales y si se advierte alguna dificultad, obtener la ayuda profesional de un psicólogo cuanto antes.
Los adolescentes pueden manifestar una gran variedad de problemas. Si quieres leer más sobre este tema, puedes pinchar aquí.
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